El yoga más relajante y relajado

Los que no estamos especialmente especializados con esta disciplina, no dejamos de sentir curiosidad sobre todo lo que aporta una clase de yoga. ¿Se trata de un deporte, una forma de meditación o una práctica sin mayor denominación? Sea como fuere, la práctica de esta actividad que unifica mente, cuerpo y espíritu, cuenta con millones de seguidores en todo el mundo. Por algo será.

Como profanos en la materia, nos sorprendemos ante “descubrimientos” como que el yoga, cuenta con diversos tipos o variantes, entre los cuales puede existir un nivel de máxima relajación. Es el caso del yoga restaurativo que, pese a lo que puede sugerir (restauración o rehabilitación) consiste en una disciplina que lleva al cuerpo y la mente (por supuesto al espíritu también) a un estado de máxima relajación.

Esta tipología de yoga, consiste en un yoga suave y terapéutico que tiene sus orígenes en la variante del yoga denominado Iyengar. Según la persona que lo popularizo, una alumna de yoga Iyengar, este yoga es un estilo que utiliza una serie de accesorios como apoyo para poder realizar y crear posturas más fáciles y cómodas que susciten la relajación y mejoren la salud. Se trata de una práctica apta y adecuada para personas de todas las edades y niveles de experiencia que aporta muchos beneficios físicos y psicológicos a todo aquel que lo practique.

Para conocer mejor el interesante mundo del yoga y, concretamente de esta tipología, nos hemos pasado por una de las clases que ofrece Ceiba Yoga para comprobar in situ en que consiste. El yoga restaurativo lo que hace es adaptar las posturas de yoga al alumno mediante una serie de soportes, cuando lo habitual es hacerlo al revés y adaptar el cuerpos a las asanas (posturas). En el caso del yoga restaurativo lo que sucede es que se adapta la postura en función de la estructura y condición particular de cada cuerpo, como si de un yoga personalizado se tratara. Dado que cada cuerpo es diferente, cada alumno necesita un soporte diferente.

Beneficios que aporta el yoga restaurativo

Este estilo de yoga no persigue la acción ni el estiramiento del cuerpo. Su objetivo no es otro que relajar el cuerpo en profundidad y hacerlo en asanas pasivas y reconstituyentes que se adapten al cuerpo de manera que se logre el confort que permita mantener la posición durante un periodo de tiempo prolongado que va de los cinco a los veinte minutos. De esta manera se obtienen todos los beneficios del yoga sin la necesidad de realizar ningún esfuerzo. Lograrlo es posible gracias a la utilización de soportes como mantas, cojines, sillas o cinturones de yoga. Con estas herramientas, se permite que todas las partes del cuerpo encuentren un punto en el que apoyarse.

Ocasionalmente se pueden realizar posturas o variantes de asanas ligeramente más activas o con secuencias de movimiento suave a modo de calentamiento previo. Lo que hace el yoga restaurativo es trabajar directamente con el sistema nervioso parasimpático. Mediante la relajación del cuerpo y la respiración consciente, se lleva a la mente a un estado de meditación, se alivia el estrés y se desarrollan la calma y la paz interior. Esto es fácil de comprobar, basta con realizar una de las posturas restaurativas de forma diaria durante al menos quince minutos para sentir los resultados en el cuerpo, la respiración y la mente.

Vivimos de forma tan apresurada que se hace necesario bajar ese ritmo tan acelerado de nuestro día a día y cambiarlo por la lentitud y la quietud. Aunque en el yoga convencional se puede caer en el juego de la rapidez y de la forma olvidando que se trata de una forma de vida que requiere paciencia, compromiso y escucha. Practicar esta tipología se puede sentir la respiración, escuchar al cuerpo y aprender de él.

Evidentemente, el mayor beneficio que aporta este estilo de yoga es la relajación profunda a la que te lleva. Permite que el cuerpo se afloje capa a capa, entregándose a los soportes que lo sostienen para poder acceder a las capas más profundas y así, liberar las tensiones y el estrés. Mediante el yoga restaurativo se repara el cuerpo y la mente, recuperando la energía vital.

Puede parecer que se trata de algo sencillo de ejecutar: realizar una postura y permanecer en ella cinco o diez minutos. Sin embargo, la quietud de las posturas supone todo un reto para la mente. Cuanto más quietos estamos o debemos estar, más visible se hace el movimiento de nuestros propios pensamientos, lo que pueden producir incomodidad y nerviosismo.

Vivimos en una sociedad y en una cultura en la que hacer y hacer más es lo importante, en la cual saber parar sin realizar acción, resulta incómodo y repercute en que la mente se inquiete. De ahí que para los yoguis, el yoga restaurativo se haya convertido en una de las prácticas más necesarias a la hora de contrarrestar esa sobrecarga de actividad que física y mental, desconectando de los estímulos externos para conectar con uno mismo.

La relajación, al igual que la meditación o cualquiera de las posturas del yoga, requieren de un tiempo de entrenamiento y preparación previos. Cuando se alcanza ese nivel de relajación profunda del que se puede disfrutar, lo que hacemos es regalárselo a nuestro cuerpo, mente y espíritu. Mediante la práctica de volver al presente, a la respiración y las sensaciones del cuerpo, le damos tiempo para que se restaure y repare.

En definitiva, el yoga restaurativo, es un yoga apto para todo tipo de personas y resulta de gran utilidad en los momentos en los que hay que recuperarse de algún problema o gestionar el dolor. Aun así, en caso de padecer alguna lesión o condición física concreta, convienen consultar con el especialista.

Otros beneficios que aporta

Como ya hemos visto, el yoga restaurativo tiene como finalidad la relajación profunda del cuerpo, la mente y el espíritu. Algo que ya de por si es un beneficio de lo más completo. No obstante, vamos a detallar algunos de los beneficios que conlleva ese nivel de relajación profunda en el que cae el cuerpo.

Lo principal es la reducción de los niveles de estrés y la ansiedad. Gracias a las posturas suaves y sostenidas, unidas a la respiración profunda y la meditación, se reducen los niveles de cortisol promoviendo la relajación del cuerpo.

Al mismo tiempo, se mejora la calidad del sueño mediante la práctica del yoga restaurativo. Realizarlo antes de dormir ayuda a calmar la mente y preparar el cuerpo para un sueño reparador y relajado.

Inevitablemente, se produce una mejora de la salud en general debido a la reducción del estrés y la ansiedad, la mejora de la calidad del sueño y el alivio del dolor físico y mental.

Practicar yoga restaurativo de forma habitual, ayuda a aliviar el dolor físico y el dolor mental. Mejora la circulación sanguínea y la flexibilidad mejorando la movilidad y reduciendo el dolor.

Por tratarse de una práctica que se realiza de manera suave y relajada, es natural que los beneficios sean tan notorios para la salud física y mental. Las posturas de yoga se realizan dentro de un entorno en el que se crea una atmósfera tranquila y relajante, con música suave y una iluminación bastante tenue que invita a la relajación. Durante la clase se anima a los participantes a alejarse de las distracciones y centrarse en la respiración y la relajación del cuerpo y la mente.

Se trata de una práctica adecuada para todas las edades y niveles de práctica, puesto que sus posturas son suaves y sostenidas, ya que se diseñan para ayudar al cuerpo a alcanzar la relajación y liberar las tensiones. Algunas de las posturas más comunes dentro de esta tipología de yoga son las siguientes:

  • Postura de la montaña, que ayuda a relajar la columna vertebral y aliviar el estrés.
  • Postura del niño que permite liberar las tensiones acumuladas en la parte baja de la espalda y los hombros.
  • Postura del puente que ayuda a estirar la columna vertebral de manera que se alivia la tensión de la parte baja de la espalda.

Cada una de estas posturas debe mantenerse durante varios minutos, permitiendo al cuerpo que se relaje y se libere de todas esas tensiones acumuladas a lo largo del día. Los accesorios que se utilizan ayudan a que sea posible mantener la postura el tiempo necesario de manera cómoda y sin forzar, lo que ayuda a reducir la tensión acumulada.

Aunque pueda parecer una práctica fácil de realizar, se aconseja a los principiantes, empezar su práctica con profesionales que guíen los movimientos. De esta manera se aprende a realizar las posturas y movimientos de la forma correcta, algo fundamental para poder progresar y avanzar en la práctica, además de evitar posibles lesiones.

Poco más podemos añadir respeto de esta tipología o estilo de yoga tan actual y con cada vez, más adeptos. La mejor manera de entender en que consiste esta disciplina es asistir a una clase y comprobar por uno mismo o misma, sus beneficios. Seguro que te apetece repetir.

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