El 26 de julio se celebra el día de los abuelos. Aunque no es tan conocido como el Día de la Madre o del padre, se trata de una fecha que está ganando popularidad. Regalar una joya a tus abuelos es un buen detalle para demostrarles lo importantes que son para ti.
Se dice que los padres están para educar a los hijos y los abuelos para mimarlos. Lo cierto es que los abuelos son una de esas figuras que nos marcan de por vida. Se da una relación preciosa entre los abuelos y los nietos. Es la conexión entre el pasado y el futuro. Entre la experiencia de toda una vida y una vida que está por abrirse paso. La presencia de los nietos es uno de los mayores motivos de alegría para los abuelos y estar con los abuelos es un momento de felicidad para los nietos.
Los tiempos tan agitados que vivimos, han redimensionado el papel de los abuelos. Si no fuera por ellos, muchos padres estaríamos perdidos. Hoy por hoy, para sacar una familia adelante es necesario que los dos padres trabajen. Esto hace que tengamos menos tiempo para atender a nuestros hijos. Si no fuera porque tenemos a los abuelos cerca, nos dejaríamos la mitad del sueldo en canguros. No es que nos estemos aprovechando. ¿Quién mejor para cuidar de nuestros hijos que las personas que nos criaron?
Está claro que los nietos queremos a nuestros abuelos. Uno de los mejores detalles que podemos tener para expresarles nuestro amor es regalarles una joya. Además de su belleza, las joyas simbolizan durabilidad. Una joya es para siempre. Es un objeto precioso y duradero. Por barata que sea la joya, adquirirla siempre requiere un esfuerzo. Nuestra abuela no lo va a admitir en público, pero sabe que para comprarla hemos tenido que hacer un pequeño sacrificio, y eso lo valora. Percibe que es importante para nosotros.
Para este artículo hemos querido hablar con las encargadas de Joyería Lorena, una joyería valenciana especializada en joyas personalizadas, que entienden bastante de joyas regaladas para celebraciones y grandes ocasiones. Nos han comentado que estas son las joyas que más se regalan para el día de los abuelos.
Gargantillas y collares.
Hay una curiosa relación entre las joyas de la abuela y las nietas. Cuando a algunas nietas se les pregunta: ¿Qué joya le regalarías a tu abuela? Ella piensa en un collar. Sabe que es un complemento que se pone. Por otro lado, si tuvieran que escoger un recuerdo de su abuela, muchas de ellas pensarían en sus collares. No es por el valor económico, tiene un significado emocional.
Así lo cuenta el diseñador Alessandro Michelle a la revista Vogue, quien destaca que los collares de perlas son un complemento atemporal porque los asociamos con nuestras abuelas. Para muchas de ellas, era su joya preferida.
Puede ser que nuestra abuela tuviera un collar de perlas auténticas, o que fueran de imitación, pero lo cierto es que se lo ponían siempre cuando se arreglaban y se vestían de domingo. Cuando llegaba una fecha señalada o simplemente se ponían guapas para ir a tomar un refresco con la familia en cualquier terraza del pueblo o de la ciudad.
A las nietas les gusta lucir esos collares de la abuela. Lógicamente, les dan otro uso. Se las pueden poner en la muñeca como si fuera una pulsera o colocárselas en el cuello dándole una infinidad de vueltas. Cuando se las ponen, sienten esa conexión profunda con su abuela.
En cuanto a los collares y gargantillas que se suelen regalar a las abuelas las opciones más utilizadas son otras. Ojalá pudiéramos regalarles un collar de perlas de Manacor, pero el bolsillo de la mayoría de nosotros no da para eso. Por lo tanto, la tendencia es a regalar gargantillas personalizadas. Cadenas de plata que sujetan un colgante con forma de corazón en el que está inscrita la palabra “yaya” o grabado su nombre, o un árbol de la vida con distintas circunferencias en el que se graba el nombre de los nietos.
Desde luego, grabar los colgantes o las medallas es un recurso recurrente para personalizar el colgante que regalamos a nuestra abuela.
Pulseras.
Las pulseras son un complemento común entre las abuelas y las nietas. Un punto de conexión. Un accesorio que tanto unas como otras llevan con asiduidad. A menudo, a diario.
Las abuelas de hoy en día son más modernas que las de las generaciones anteriores. Crecieron entre los años 60 y 70. Su figura de referencia era Concha Velasco, la Chica Yeyé. Para ellas, llevar pulseras es algo normal. Una nieta o un nieto que le regala una pulsera a su abuela saben que se la va a poner. Además, se la enseñará con orgullo a amigas y vecinas.
En cuanto a las pulseras que se les regalan a las abuelas, también prima la personalización. Aquí las opciones preferidas son dos. Las esclavas, formadas una cadena fina que se abrocha en la muñeca y que puede llevar colgando una o varias medallas grabadas con el nombre de los nietos, o las pulseras de bolitas. Una vez más, la influencia de las perlas se deja notar. No es porque las bolitas tengan que ser nacaradas, pueden ser de metal o de bisutería de diferentes colores. El caso es que la identificación con la perla es evidente.
Una de las opciones que está cogiendo fuerza en los últimos años son las pulseras de charm. Unas pulseras personalizables que la abuela puede ir confeccionando a su gusto, añadiendo cuentas con formas que tienen un valor simbólico. Estas joyas dan la oportunidad a los nietos de ir regalándole charm a la abuela para ir completando o embelleciendo la pulsera, creando, de este modo, un proceso continuado de complicidad.
Gemelos.
Para los abuelos, una de las joyas más regaladas son la pareja de gemelos. Se trata de un broche que se utiliza para cerrar el puño de las camisas. Se dice que los gemelos es la joya masculina por excelencia.
Dice el blog La Flor de Camalote que los gemelos aparecen a mediados del siglo XVIII. En un principio, no tenían ningún efecto práctico, puesto que las camisas y blusas de los hombres se cerraban con cintas o ganchos invisibles. Sin embargo, el rey Luis XIV de Francia, se enamoró de este complemento. Llegó hacerse con una colección de varias decenas de parejas de gemelos, o botones de manga, que es como se les llamaba por entonces en la corte francesa.
Para lucirlos, las camisas del rey llevaban dos ojales decorativos a la altura de la muñeca, donde se colocaban dos botones unidos por una pequeña cadenita. La parte visible del botón estaba conformada una piedra preciosa: un diamante, un rubí, una esmeralda, y la cadena solía ser de oro.
En un principio, los gemelos era una joya exclusiva la aristocracia. Con la revolución industrial su uso se populariza. En la época victoriana, a finales del siglo XIX, los gemelos son un complemento habitual en cualquier hombre, con independencia de su clase social.
Con la llegada del siglo XX, llevar gemelos era una necesidad. Los hombres vestían con camisa, y el puño de la camisa se cerraba con un gemelo. Era tan habitual como llevar tirantes para que no se cayeran los pantalones. Sí, porque el cinturón desplaza a los tirantes después de la Segunda Guerra Mundial.
Respecto al puño de las camisas, es en los años 60 cuando todas las camisas, hasta las más elegantes, optan por colocar botones fijos para efectuar el cierre. El uso de los gemelos disminuye. Pero, no su popularidad, puesto que continúa siendo una de las joyas más regaladas para hombres.
Pendientes.
Aunque un poco menos regalado que las joyas anteriores, los pendientes sigue siendo una buena alternativa para agasajar a nuestra abuela. En cuanto a tendencias, parece que triunfan los pendientes con un pequeño colgante discreto, por lo general, de plata, aunque pueden llevar engarzados pequeñas piedras talladas preciosas o semipreciosas de diferentes colores.
Un diseño bastante elegido por los nietos son los pendientes que tienen esculpido el árbol de la vida. Además de ser un símbolo espiritual, que transmite el enraizamiento con la tierra, nos evocan el árbol genealógico. Nuestra abuela es el referente vivo del que parten todas las generaciones de la familia.
Los pendientes para las abuelas están cargados de simbolismo. En sus diseños hay un predominio de motivos vegetales y una producción artesanal. Es el reflejo de esa naturalidad que nos han transmitido. De toda esa dedicación y cuidado que han invertido en nosotros sin importarles el tiempo. Por eso, podemos encontrar pendientes con formas de flores, de semillas que aún están por germinar o pequeñas composiciones textiles hechas con macramé.
Si has escogido con cariño los pendientes que regalarás a tu abuela, seguro que es un detalle que te agradecerá con gusto.
Puede ser que cuando leas este artículo ya haya pasado el 26 de julio. Da igual. Cualquier día es bueno para sorprender a tus abuelos y regalarles una joya para expresar cuanto les quieres.