Han pasado muchísimos siglos hasta que nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene un aspecto como la salud mental en nuestra vida. El ser humano siempre ha tenido motivos de sobra para ver amenazadas su salud mental, pero es verdad que se han minusvalorado siempre esos riesgos, intentando hacer creer al mundo que quien padecía este tipo de asuntos era una persona débil, por no poner en estas líneas una calificación todavía más fuerte e injusta. Nada más lejos de la realidad. No le hemos dado la relevancia que merecía a este tema y, por fin, ahora parece que están empezando a cambiar algunas cosas.
Son muchísimas las personas que tienen problemas de índole mental en España. De acuerdo con una noticia publicada en la página web de Radio Televisión Española, un 34% de nuestros compatriotas tienen algún problema mental. Los riesgos que más conocemos y que se han convertido en conceptos que de alguna manera son tendencia a día de hoy son el estrés, la ansiedad o la depresión. Y hay muchas causas por las cuales este tipo de cosas se ha adueñado de la vida de la gente: la extrema competitividad en el trabajo, la cantidad de horas que pasamos fuera de casa a causa de eso mismo, los problemas personales, la mala situación económica… Hay muchas amenazas y se necesitan herramientas para combatirlas.
Yo mismo había sido incapaz de comprobar lo valiosa que es la salud mental para las personas y lo poco cuidada que estaba hasta hace apenas unos años. Durante mis años de formación en el colegio o el instituto no lo tuve en cuenta, pero las cosas empezaron a cambiar cuando obtuve mi ciclo formativo en marketing y publicidad en Formatic Barcelona, una escuela gracias a la que adquirí los suficientes conocimientos para empezar a trabajar casi de inmediato y gracias a la que tuve la oportunidad de hacer las prácticas que me dieron la experiencia necesaria para enfrentarme al mundo laboral en ese sector. Fue entonces cuando me contrataron para trabajar en una franquicia de consultas psicológicas y cuando, como os decía, empecé a valorar la relevancia de una buena salud mental.
Cuando hice la entrevista y, unos días más tarde, me informaron desde la empresa de que me iban a contratar, no pude evitar sentir nervios. Como he dicho antes, nunca me había planteado nada que estuviera relacionado con la salud mental. Es verdad que, en algún informativo o en alguna conversación cercana, había escuchado hablar sobre el tema, pero tengo que reconocer que no le había prestado la suficiente atención como para controlar el asunto, aunque fuera por encima. Siempre que se empieza a trabajar para una empresa de cuya actividad se conoce poco, es normal que aparezcan los nervios. Ese era mi pensamiento durante los días previos a mi debut profesional.
Pasó muy poco tiempo desde que empecé a trabajar hasta que me di cuenta de lo relevante que es la salud mental para el día a día de las personas. Todas las personas con las que empecé a compartir la rutina semanal estaban perfectamente concienciadas al respecto. Y es que no es para menos. Me hablaron de algunos de los problemas más comunes, esos que estábamos diciendo antes al mencionar conceptos como el estrés, la depresión o la ansiedad. Y empecé a pensar que mi trabajo como técnico de marketing y comunicación dentro de aquella empresa era mucho más importante incluso de lo que yo mismo había llegado a pensar hasta entonces.
Hubo un dato que me llamó especialmente la atención. Y es que, a pesar de que hemos comentado que el 34% sufren algún problema mental en España, ese porcentaje no deja de hacer referencia solamente a las personas que están diagnosticadas. Pero realmente hay muchas más. Según una noticia publicada por el diario El Mundo en el año 2023, el 40% de los españoles creía tener un problema de este tipo. Es un porcentaje superior al que hemos hecho referencia en la noticia de Radio Televisión Española y seguramente se acrecentaría si metiéramos a todas aquellas personas que, sin creer que tienen un problema de salud mental, sí que lo poseen.
Las labores de marketing y comunicación en relación a todo lo que tiene que ver con las enfermedades mentales son más importantes que nunca y están haciendo posible que problemas como de los que estamos hablando hayan conseguido ser objeto de debate, consiguiendo de esa manera la visibilidad que no se había manifestado en ningún otro momento de la Historia. Esto es lo que tengo continuamente en la cabeza cada vez que me pongo a trabajar y necesito encontrar soluciones que aporten todavía más visibilidad a la empresa para la que trabajo. Y es que, a fin de cuentas, mi empresa presta un servicio que es vital para una enorme cantidad de personas en los tiempos que corren.
Siento, por tanto, una enorme responsabilidad cuando me pongo delante del ordenador y ofrezco soluciones para que los servicios que ofrece mi empresa sean conocidos entre nuestro público objetivo, que no deja de ser el conjunto de la sociedad. El número de personas que necesita apoyo psicológico para vencer a una enfermedad mental ha crecido de una manera exponencial durante los últimos años. De hecho, ese número no para de crecer a causa de los riesgos a los que hemos hecho referencia más arriba y que, por desgracia, no parece que nos vayan a abandonar durante los próximos años. Por tanto, mi empresa y los profesionales que trabajamos en ella somos elementales para tratar de mejorar el bienestar de la gente.
Primer paso: que la gente sea consciente de que tiene un problema mental
Una de las causas por las cuales muchísimas personas conviven con problemas como el estrés, la ansiedad o la depresión tiene que ver directamente con el desconocimiento de los síntomas de estas enfermedades, algo que hace que ni siquiera pase por la cabeza de la gente pedir ayuda. Por tanto, lo que yo, como profesional del marketing y la comunicación que trabaja para una empresa que se encarga de dar apoyo psicológico, necesito es que se genere una conciencia al respecto de esos síntomas para que cada cual pueda identificar cuándo podría estar padeciendo una de esas enfermedades. O, al menos, que alguien de su círculo sí que sea consciente de ello y que le recomiende pedir ayuda.
Llevo un tiempo desempeñando esa labor y creo que los resultados están a la vista: he conseguido que el número de personas que visita nuestros centros haya crecido de una manera sustancial. Y yo no soy de las personas que mira eso como un éxito a nivel económico, que está claro que es vital para el mantenimiento de un negocio, sino como un éxito a nivel social. Y es que es necesario que todas las personas sean conscientes de lo que pueda estar afectando a sus vidas para ponerle el remedio oportuno y que el bienestar forme parte de nuestro día a día. Si no es así, la vida se puede convertir en una auténtica tortura.
Las enfermedades mentales son enfermedades silenciosas… y eso es lo que las convierte en un peligro tan sumamente grande para la vida de las personas. No es fácil darse cuenta de que estamos padeciendo una de ellas y, en ese sentido, también he sido el encargado de diseñar campañas para que todas las personas estemos alerta ante la posible presencia de una de esas enfermedades en la vida de alguien a quien tenemos a nuestro alrededor. Es importante que cuidemos unas personas de otras en todos los sentidos, pero es que este mecanismo es fundamental cuando estamos hablando de asuntos como la depresión, el estrés o la ansiedad, que han sido la causa de muchos suicidios tanto en España como en otros lugares del mundo.
Una de las cosas que me lo ha puesto más complicado a la hora de diseñar campañas de marketing y comunicación en relación a todo esto es que el público objetivo puede ser de lo más heterogéneo. Una enfermedad mental puede afectar de manera indistinta a alguien joven o a alguien anciano. También puede aparecer en la vida de una persona que tiene muchísimo dinero y en la de otra que apenas tiene para pagar el alquiler. También se puede dar entre personas de diferentes razas, culturas, lenguas o colores de piel. Por tanto, un mensaje claro es que nadie se encuentra completamente libre de padecerlas. Eso les hace más peligrosas si cabe.
Estoy más motivado que nunca para continuar con mi tarea. Más allá del dinero que aparece en mi nómina al final de cada mes, lo que me hace levantarme cada día con ilusión y con ganas de seguir aprendiendo es el hecho de que, gracias a las actividades que hago todos los días, hay personas que pueden descubrir una vía para derrotar a una enfermedad mental y poner los cimientos de una vida mejor, de una vida en la que el bienestar forme parte.